“El resultado es un film entre los mejores, a
la altura de « The last Waltz » de Martin Scorsese y « Stop
making Sense » de Jonathan Deme (RollinStone).
En enero de 1972, Aretha Franklin actuó
durante dos días dando un concierto de góspel en la Iglesia Bautista Misionera
New Temple de Watts, en Los Angeles, grabando el que sería su álbum más
vendido: “Amazing Grace”. En 1972,
Aretha Franklin – “la hija del Reverendo Franklin”- era ya una figura de la
música, especialmente del blues, cuando decidió regresar por una vez a sus raíces religiosas para la grabación de
este álbum, monumento del góspel, en el que estuvo acompañada por su maestro,
el reverendo James Cleveland, el Coro Comunitario del sureste de
California, una banda y un centenar de feligreses.
De
ese concierto debía salir también una película realizada por Sidney Pollack,
pero las 20 horas de material filmado terminaron en una bóveda sin clasificar y
durante cuarenta años ha sido “un tesoro musical perdido”. Antes de morir de un
cáncer de páncreas, Pollack expresó el deseo de que se recuperaran aquellas
grabaciones y se completara la película. En 2008, el productor musical Alan
Elliot rescató el material y, usando la tecnología del momento, logró
sincronizar la imagen con la pista de sonido, sacando a la luz la
grabación en directo del disco más
vendido ( 2 millones de copias) de la historia del góspel.
En 2011, Elliot
organizó una proyección privada de lo que se había convertido en un documental
de 90’; cuando Aretha Franklin se enteró le puso una querella, reclamándole una
cantidad cercana a los 5 millones de dólares. En 2013 apareció un contrato,
firmado en 1978 por Aretha Franklin con las compañías Atlantic y Warner, por el
que les cedía todos los derechos sobre todas las secuencias de la película. Dos
años más tarde, cuando Elliot y sus socios se disponían a presentar la película
en el Festival de Telluride, el abogado de Aretha consiguió que un tribunal
anulara el proyecto.
Después Aretha
Fraklin enfermó y Elliot aparcó el proyecto, por respeto a la diva, quien
finalmente falleció en agosto de 2018, a los 76 años. Elliot organizó entonces
una proyección, a la que asistieron medio centenar de miembros de la familia
Franklin que, emocionados, aplaudieron al finalizar. Una sobrina de la cantante
ha sido quien finalmente ha negociado con Alan Elliot: ambos consideran que
“han llegado a un final feliz”.
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