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Manifestación de periodistas turcos 2013 |
Los sindicatos de periodistas
franceses SNJ, SNJ-CGT y CFDT han publicado un comunicado conjunto en el que
denuncian las exacciones que el régimen ultraconservador de Erdogán está
llevando a cabo contra periodistas y medios de comunicación turcos desde el
intento fallido de golpe de estado del 15 de julio de 2016.
Reproducimos a continuación el
texto del comunicado sindical, dirigido a los jefes de estado y de gobierno de
la Unión Europea, que ha publicado el digital francés Acrimed
(Acción-Critica-Medios) el pasado 8 de noviembre.
“La ONU conmemora el 2 de noviembre
el Día contra la Impunidad, en la que colabora plenamente la Federación Internacional
de Periodistas (600 000 afiliados en todo el mundo) con su campaña 2016
#endimpunity. A fecha de hoy, 66 periodistas han muerto este año en el
ejercicio de su profesión. Actualmente, solo se está investigando uno de cada
diez asesinatos. A esos crímenes hay que añadir el hecho de que muchos
periodistas sufren agresiones, detenciones e incluso tortura.
Como es el caso de Turquía, donde
las autoridades violan diariamente la libertad de prensa, haciendo de ese país
la mayor cárcel de periodistas del mundo: 113 de nuestros colegas se encuentran
hoy encarcelados. Contra ellos se han desencadenado una serie de procesos en
serie, sin que tengan acceso a una auténtica defensa. Están detenidos en
condiciones indignas de un gran país.
En los últimos días, Murat
Sabuncu, redactor jefe del diario de oposición Cumhuriyet, ha sido detenido
junto con otros 15 compañeros. Están acusados de mantener relaciones con
organizaciones “terroristas” como el FETÖ, cercano a Fethullah Gülen, enemigo
jurado del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, y el Partido de los
Trabajadores kurdos (PKK, prohibido).
En el transcurso de esas operaciones
policiales, efectuadas manu militari, se han incautado de los ordenadores de
los periodistas. También han registrado el domicilio de Can Dündar, ex redactor
jefe de Cumhuriyet, quien actualmente reside en el extranjero. En su periódico,
denunció las entregas de armas a grupos yihadistas en Siria a través de los
servicios secretos turcos. La víspera de esos raids policiales, el poder
decretó el cierre de 15 medios de comunicación kurdos, en el marco del estado
de urgencia impuesto por el régimen del AKP tras el intento de golpe de estado
del 15 de julio de 2016.
En total son 168 los medios de
comunicación prohibidos en Turquía, país que es miembro del Consejo de Europa y
candidato a la entrada en la Unión Europea (UE). Cientos de periodistas se han
visto obligados a huir del país, otros 3000 se han quedado sin trabajo a causa
del cierre de numerosos medios escritos y audiovisuales. Esta situación es
totalmente intolerable. El silencio de los gobiernos de la UE ante el
desmantelamiento de franjas enteras de la sociedad democrática turca es
inadmisible. Ese silencio es una forma de animar las exacciones de un régimen
que se hunde en la dictadura pisoteando la libertad de expresión y la libertad
de prensa.
Los 28 países de la UE deben hacer
todo cuanto esté en su mano para frenar la impunidad que disfrutan los autores
de esos graves atentados a la democracia, como son la privación de libertad de
los periodistas, las prohibiciones de publicar o difundir, la censura y los
cierres de medios.
En Francia, por ejemplo, ¿qué
espera el gobierno francés para poner fin a la censura ejercida por Eutelsat,
la sociedad proveedora de acceso a las redes por satélite, que ha cortado la
difusión a Med Nuçe TV y a Newroz TV, dos canales de televisión en lengua kurda,
por presiones del RTÜK (Consejo supremo de la radiotelevisión turca). Sin
embargo, el principal accionista no es otro que la Caisse des Dépôts (similar a
la Caja de Ahorros), un organismo oficial francés.
No
podemos dejar que sigan actuando
Por eso, los sindicatos de
periodistas franceses (miembros de la FIJ/FEJ) han tomado la iniciativa de
dirigirse a los jefes de Estado y de gobierno para que ellos denuncien con
fuerza la represión incesante y masiva que padecen los periodistas en Turquía.
Existen disposiciones legales de protección de los periodistas en tanto que
personas civiles, y los estados tienen el deber de aplicarlas en los términos
del derecho nacional e internacional. En consecuencia, los sindicatos firmantes
les piden con insistencia que se pronuncien públicamente contra la violencia
ejercida con los periodistas kurdos y turcos. La lucha contra la impunidad
tiene este precio”.
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