Chernobyl tras el accidente nuclear del 26 de abril de 1986
Un reciente artículo
publicado en el periódico neoyorquino Wall Street Journal detalla las « espantosas
condiciones en que viven y trabajan los 200 ingenieros y empleados ucranianos
que se encuentran en Chernobyl, detenidos por las tropas de Moscú ».
Llegado para trabajar unas horas en la noche del 23 de
febrero de 2022, el personal encargado
de la vigilancia y el mantenimiento del sarcófago y la seguridad de las
instalaciones de Chernobyl, no se ha movido del lugar desde entonces. “Allí
viven (mal), duermen (mal), comen (mal) y sobre todo trabajan non stop bajo la amenaza de los fusiles
rusos ».
« Su alimentación –escriben Joe Parkinson y Drew Hinshaw,
periodistas del Wall Street Journal- consiste en gachas de avena y alimentos
enlatados, preparados por un cocinero de 70 años que ya se está afectado por la
fatiga. Les han confiscado los teléfonos y los soldados rusos les siguen a
todas partes en ese laberinto de pasillos de hormigón”.
Los periodistas del Wall Street Journal han podido hablar
con algunos de los trabajadores de la central, así como con sus familias, y han
accedido a las grabaciones de algunas conversaciones telefónicas, y lo que describen
pone los pelos de punta: “personas agotadas, enfermos que necesitan
tratamientos o medicinas, individuos a punto de amotinarse…según algunos de los
encerrados, el himno de Ucrania se escuchó un día a todo volumen en los
altavoces de la central, como un desafío”. Las autoridades de Ucrania han
pedido varias veces la apertura de un corredor humanitario para que esos
trabajadores puedan ser relevados, pero de momento Moscú se niega.
Según la AIEA y la mayoría de expertos occidentales, el
mayor riesgo es que se produzca una desconexión eléctrica de las piscinas de enfriamiento
donde se encuentran las barras de uranio de la central. “Parece bastante
improbable que tenga lugar una catástrofe de alcance continental, pero no se descarta un
desastre local”.
En los últimos días, los servicios de inteligencia
ucranianos han avanzado la hipótesis –comentada en la emisora NPR (National
Public Radio, la principal red de radiodifusión no comercial y de servicio
público de Estados Unidos)- de que las
tropas rusas puedan llevar a cabo “una operación de tipo ‘false flag’ (bandera falsa) simulando un ‘ataque terrorista’ contra
la central, o lo que quede de ella (https://www.npr.org/2022/03/11/1085427380/ukraine-nuclear-power-plant-zaporizhzhia?t=1647403827384&t=1647497575427),
y culpen a supuestos saboteadores ucranianos”.
Una hipótesis que, a la
vista del brutal ataque armado de hace unos días a la central nuclear de
Zaporijia, “la más importante de Europa, demuestra que las fuerzas rusas
parecen insensibles al peligro atómico, o completamente cínicas”. Los vídeos
del ataque demuestran que se disparó sobre los gigantescos reactores de la
central, y que algunos obuses cayeron a escasos metros de las instalaciones.
De momento –finalizan los
autores del reportaje- “entre la toma de rehenes del personal de Chernobyl y el
irresponsable ataque de Zaporijia, la posibilidad de que se produzca un ataque
de ‘terrorismo nuclear’ está del lado ruso”.
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