“El documental Janis nos dibuja
una mujer sensible, vulnerable y poderosa. Es la historia de una vida corta,
agitada y apasionante, que cambió la música para siempre.A base de testimonios,
grabaciones live y fotos de familia en sepia, seguimos el sinuoso itinerario de
una joven marginal convertida, casi por accidente, en el icono de toda una
generación”.
(Les Inrocks)
¡Cuánta
nostalgia, señor, y qué guapos éramos! Casi dos horas de documental –de la
escuela de Port Arthur, un pueblo perdido en el mapa de Texas,a los primeros
escarceos con la música, los conciertos multitudinarios y la transformación de
la niña gordita y bastante hortera en la Janis Joplin encarnación del beautiful
people, hasta el 4 de octubre de 1970 cuando, al día siguiente de grabar “Me
and Bobby McGee” –la canción escrita por Kris Kristofferson que ha quedado para
la historia como uno de los grandes blues y que, cincuenta años después, sigue
siendo el mayor éxito de la cantante que se presentaba al público con una boa
de plumas revuelta con el cabello -, sucumbió a una sobredosis de heroína en la
habitación de un hotel. (En la versión original del tema, Bobby es una mujer;
Janis, que estuvo enamorada de Kristofferson hasta su muerte; cambió algunas
palabras del texto: “Un día cerca de Salinas, lo dejé marchar-esos hombres
siempre se están marchando-…).
Y
después hasta la incineración del cuerpo en el californiano Westwood Village
Memorial Park y la dispersión de sus cenizas, arrojadas desde un avión, en el
Océano Pacífico. Quince días después, sus amigos cobraron el cheque de 2.500
dólares que figuraba entre sus últimas voluntades “para que organizaran una fiesta
inmensa en su memoria”. En la invitación se podía leer”. Las bebidas son
gentileza de Pearl” (Pearl era el nombre elegido por Janis para sentirse a
gusto consigo misma, y para título de su último álbum, puesto a la venta mes y
medio después de su muerte). Mimi Fariña escribió una canción sobre su muerte,
In the Quiet Morning (For Janis Joplin) que más tarde grabó su hermana Joan
Baez.
Hendrix
había muerto dos semanas antes, Morrison desaparecería menos de un año después.
Janis murió en la misma era –posiblemente Acuarius- que Brian Jones, Jimmi
Hendrix y Jim Morrison, todos ellos a los 27 años, todos ellos integrantes del
mítico Club de los 27 (Forever 27 Club), en principio integrado por los cuatro
músicos mencionados más arriba, y al que con el tiempo se han sumado Kurt
Cobain y Amy Winehouse, entre otros. Para los amantes de las curiosidades, los
escritores Eric Segalstad y Josh Hunter escribieron en 2009 un libro titulado
“The 27s: The Greatest Myth of Rock and Roll”, en el que mantenían la tesis de
que los músicos que alcanzan el estrellato a los veinte años adoptan enseguida
comportamientos de riesgo para poder alcanzar el panteón de las superstars
desaparecidas.
Intérprete
de voz ronca y unas cualidades vocales de las que aparecen muy pocas en cada
generación, enrolada en la psicodelia, reivindicando su dependencia del alcohol
y los estupefacientes, Janis Joplin consiguió hacerse en el poco tiempo que son
27 años una biografía que parece reunir todos los tópicos que los medios
adjudican al rock’m’roll. Con esa biografía, confeccionada a base de algunas,
pocas, declaraciones de la artista, testimonios de una hermana y alguna amiga y
muchas fotografías del álbum familiar, la realizadora Amy Berg (“Deliver Us
from Evil”, un documental-escándalo sobre los abusos sexuales de menores en la
iglesia católica) ha compuesto el retrato de una artista – una más de “las
pobres chicas inadaptadas” que tanto juego han dado en la literatura y el cine,
poco sociable en la infancia y adolescencia- por la que no oculta su
admiración, sin esconder los momentos equivocados, como la separación de su
grupo de siempre, Big Brother and the Holding Company (junto a los que fue la
cantante revelación del Festival de Monterrey 1967), o su prematuro alcoholismo
y el hecho de que fuera una de esas jóvenes que se enamoran casi siempre de la
persona equivocada. Con sorprendentes vídeos de sesiones de grabación e
imágenes más personales, como cuando –ya profesional- regresa a su ciudad para
una reunión con los compañeros de clase, en “Janis” se nos ofrecen fragmentos
de “la caótica vida de la reina de los hippies, contada también por algunos de
sus novios, como Bobn Weir (Grateful Dead) y Kris Kristofferson, y compañeros
como Cat Power, relevante figura del rock sureño. Para la realizadora del
documental, "la carrera de Janis se vio eclipsada por una muerte
prematura, mientras que tuvo auténtico impacto en la música y en las mujeres,
haciéndonos realmente un lugar en el rock (…) En el documental quería hablar de
la magia torturada de la música de Janis Joplin, su profundidad, dolor y
sufrimiento”. Para mí, Janis Joplin es siempre “Mercedes Benz”:
“Oh
Señor, ¿no me comprarás un Mercedes Benz?
Todos
mis amigos conducen Porsches, debo remediarlo,
Trabajé
duro toda mi vida, sin la ayuda de mis amigos,
Así
pues, Señor, ¿no me comprarás un Mercedes Benz?”
Con el label de haber triunfado en los festivales de
Monterrey y Woodstock, en los últimos meses de su vida, entre el 28 de junio y
el 4 de julio, Janis y la Full Tilt Boogie Band se unieron a la tourné por
Canadá del tren All-Star junto a Buddy Guy, Rick Danko, The Band, Ten Years After,
Grateful Dead, Delaney
and Bonnie, Eric Andersen et Ian & Sylvia. Actuaron en Toronto, Winnipeg y Calgary. Janis
fue cabecera de cartel las tres noches del festival. En la última, cuando el
tren paró en Calgary y mientras su grupo afinaba los instrumentos, Janis subió
al escenario con Jerry García (miembro de Grateful Dead, emblemática figura de
la contracultura). Después estuvo cantando durante dos horas, empezando con la
canción Tell Mama, un título que se hizo famoso en la década siguiente y que
figura en el Lp póstumo “Farewell Song” Su
última aparición pública fue el 3 de agosto en el Dick Cavett Show, de ABC TV.
No hay comentarios:
Publicar un comentario