Cuatro días antes de su 75
cumpleaños, Bob Dylan tendrá un nuevo disco en el mercado el 20 de mayo de
2016. Es el álbum número 37 de su carrera.
“Fallen Angels”-recopilación de
clásicos de la canción americana-estará a la venta apenas un año después de
“Shadows in the Night”, formado por versiones de los grandes éxitos de Frank
Sinatra. En 2012, Dylan publicó “Tempest”, título retomado de “La tempestad” de
William Shakespeare, que muchos comentaristas interpretaron erróneamente como
el adiós del músico.
Aunque está claro que de momento no
piensa retirarse -tiene programadas treinta actuaciones en Estados Unidos,
acompañado de Mavis Staples, una cantante de blues septuagenaria- en lo que sí
ha pensado es en preservar su herencia musical: a principios de marzo vendió
sus archivos con más de seis mil objetos, grabaciones y documentos, a la
universidad de Tulsa (Oklahoma), por un precio que no se ha revelado pero que
el New York Times estima entre 15 y 20 millones de dólares. Con una selección
del material, la Universidad de Tulsa piensa montar una exposición permanente
en un espacio cerca del Woody Guthrie Center, un museo consagrado a otra gloria
de la música popular y del Gilcrease Museum, dedicado a la cultura amerindia.
Además de la exposición, los
archivos de Dylan estarán a disposición de estudiantes e investigadores.
Contienen grabaciones, la primera de las cuales se remonta a 1959, el piano en
el que compuso “Like a Rolling Stone”, vídeos inéditos de conciertos y, entre otras
curiosidades, una cartera con la tarjeta de visita del cantante de soul Otis
Redding y el número de teléfono de la estrella del country Johnny Cash, así
como la “chupa” de cuero que Dylan llevaba en su actuación en el Festival
Newport Folk en 1965, la primera vez que salió a un escenario con guitarra
eléctrica.
Con cuarenta años de carrera a la
espalda, Bob Dylan es uno de los artistas estadounidenses que mayor influencia
tuvieron en la música de los años 1970, y también en las generaciones posteriores.
Robert Allen Zimmerman, nacido el 24 de mayo de 1941 en Duluth (Minnesota),
pasó parte de su infancia en Hibbing, en la frontera candiense, donde conoció
al bluesman Big Joe Williams, y donde comenzó a tocar la guitarra y a
apasionarse por el blues. Antes de comenzar estudios literarios en la
Universidad de Minnesota, a los veinte años dedicó varios meses a recorrer
Estados Unidos; durante una estancia en Nueva York conoció a su ídolo, Woody
Guthrie.
Tras efectuar algunas grabaciones
con la cantante Carolyne Hester, en 1962 salió su primer álbum de blues y folk,
titulado simplemente Bob Dylan, nombre que adopta como homenaje al poeta galés
Dylan Thomas. Un año más tarde publica “The Freewheelin’”, un éxito desde el
primer día, donde por primera vez la crítica aplaude su talento poético y donde
aparece una canción mítica, “Blowing in the wind”. A partir de 1964, con la
opción por la guitarra eléctrica, su música incorpora más componentes del rock.
“Bringing”, “All Back Home”
y sobre todo “Highway 61 Revisited”, le consagran definitivamente con canciones
como “Like a Rolling Stone” y “Rainy Day Women 12 & 35”. “Blonde
On Blonde”, editado en 1966, es el primer álbum doble de la historia del rock.
Ese mismo año hace una gran gira internacional junto a Joan Baez, actúa en el
Royal Festival Hall de Londres y en Newport, y la canción “Mr. Tambourine Man”
se convierte en éxito mundial. También sufre un grave accidente de moto que le
obliga a hacer un alto en su carrera.
Durante varios años se dedica a
componer, se pasa un tiempo al country con álbumes con “John Wesley Harding” y
“Nashville Skyline”, actúa en el homenaje a Woody Guthrie en Nueva York y la
canción “Lay Lady Lay” se convierte en un clásico. Tras pasar por la Isla de
Wight publica en 1970 “Self Portrait”, y cuatro meses después “New Morning”.
Tras publicar un libro de poemas y componer la música de una película de San
Peckinpah, llegan “Blood on the Tracks”, el éxito de “Desire” con la canción
“Hurricane” que desvela al público las facultades de la cantante Emmylou
Harris. En 1979 Bob Dylan se convierte al cristianismo y graba tres álbumes de
inspiración religiosa, entre ellos “Slow Train Coming”, en el que le acompaña
el guitarrista Mark Knopler.
Siete LP’s publicados en los años
1980 decepcionan a sus seguidores. En 1997 remonta de nuevo con “Time Out Of My
Mind”, que le valió tres Grammys. En 2001 celebra sus cuarenta años de carrera
con la edición de “Love and Theft”, recopilación de sus primeros grandes
éxitos.
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