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ulcan, hacker sionista |
Desde
hace dos semanas, algunos periodistas del prestigioso digital francés Rue 89
están siendo víctimas del acoso de un hacker “sionista” que, desde Israel,
utiliza todo tipo de medios para atacar, tanto al propio periódico, cuyo
servidor dejó fuera de servicio, como a los redactores y a sus familias.
Hace
unos días denunciamos lo que estaba ocurriendo y solidarizándose con los
colegas franceses que habían presentado cinco denuncias y conseguido la
apertura de una información judicial sobre el individuo en cuestión (conocido
de la policía y los jueces franceses como miembro de la Liga de Defensa Judía y
por haber participado, hace algún tiempo, en el asalto a una librería palestina
en París, condenado en 2006 y 2009 por asociación ilegal y destrucción de
bienes).
Ahora,
escribe el 15 de agosto Pierre Haski, uno de los cofundadores del periódico, la
actuación de este “pseudo hacker sionista”, que se llama Grégory Chelli, ha
provocado una tragedia en la familia del periodista Benoît Le Corre (autor el
29 de julio de 2014 de un artículo donde mencionaba al hacker, y que al parecer
es el origen de toda esta campaña de ataques), cuyo padre sufrió un infarto
cinco días después de que la policía se presentara en su domicilio, a las 4 de
la madrugada, respondiendo al aviso de que allí se había cometido un asesinato.
La víctima se encuentra todavía en situación de coma artificial inducido.
Aunque
no es posible establecer una relación inequívoca de causa-efecto, los médicos
han confirmado que a causa de los antecedentes familiares, y de la actividad
profesional del padre del periodista, se trata de una persona “de alto riesgo”.
Unos días antes, el hacker había llamado a ese mismo domicilio, haciéndose
pasar por un policía, anunciado que Benoît Le Corre había fallecido y diciendo
que llamaba desde su teléfono móvil.
Tras
la publicación en Rue 89 de las primeras denuncias, el hacker, de 32 años, que
usa el pseudónimo de “Ulcan”, nacido en París, vive ahora en la localidad de
Ashdod, en Israel, donde se siente protegido, como “un militante sionista
comprometido en la lucha porque Israel tiene derecho a vivir y defenderse”,
telefoneó el 13 de agosto al diario Libération para defender lo indefendible, decir que solo se escriben mentiras sobre
él y tratar de quitar hierro a sus actos: “Ya vale, no ha habido muertos. Yo
actúo por teléfono. En Rue 89 estuvieron fuera de servicio 7 horas como mucho.
No hay nada de qué llorar”.
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