« Mientras en
toda Italia se propaga la remera (camiseta) roja ‘para detener la hemorragia de
la humanidad’ contra la
despiadada política migratoria del nuevo gobierno
italiano, al alcalde Lucano le encanta
detenerse a hablar del mayor desafío de su vida debajo de la arcada de ingreso
a su Ciudad Futura, delante del paredón pintado de cielo donde cada nube
representa una nación: Irak, Kurdistán, Líbano, Sudán, Palestina, Etiopía. ‘¿Dónde
van las nubes?’, pintaron los chicos de Riace en el mural.”(Marina Artusa, Clarin 14/7/2018).
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Domenico Lucano, alcalde de Riuace |
Todos los años, la revista
estadounidense Fortune publica la lista de los 50 hombres y mujeres más
influyentes del mundo. En 2016 y junto a los nombres de Jeff Bezos, fundador de
Amazon, Angela Merkel, el papa Francisco…figuraba Domenico Lucano, “Mimo” (y
también “, alcalde del pueblo calabrés de Riace elegido en 2004 y reelegido en
2009 y 2014. Motivo: haber optado por un
modelo ejemplar de acogida digna de refugiados que además ha devuelto a la vida
al pueblo.
La historia, que y ha cumplido
veinte años, se remonta a un día de 1998
cuando, a las cuatro de la madrugada, un
velero que transportaba a un centenar de kurdos encalló en una playa a 7
kilómetros del pueblo de Riace, localidad de 400 habitantes. En aquel tiempo,
Domenico Lucano era un joven profesor que trabajaba en el voluntariado. Con sus
amigos, decidieron acoger a los kurdos, crearon la asociación “Città Futura”, y
se pusieron a la tarea de acondicionar las casas de quienes emigraron a Canadá
y Australia en los años 1960 y nunca regresaron. Con el préstamo conseguido en
un banco ético arreglaron un centenar de viviendas y las pusieron a disposición
de los refugiados. Algunos permanecieron solo unos cuantos meses; otros
rehicieron allí su vida trabajando en los talleres de hilados, chocolates y
otras artesanías –y también en la agricultura y en servicios de mantenimiento- convertidos en ciudadanos de la Ciudad Futura.
Hoy, Riace tiene cerca de 2.000
habitantes de los que una cuarta parte son extranjeros procedentes de 26
nacionalidades: Afganistán, Eritrea, Etiopía, Nigeria, Somalia...Todos están
integrados en un programa de inserción SPRAR (Programa Nacional de Asilo), creado por el Ministerio
del Interior italiano en 2002 y financiado por la Unión Europea,
que incluye 35 euros por día y por persona, la enseñanza del italiano para los
adultos y la escolarización de los niños. Los refugiados reciben los 35 euros
diarios en “bonos de Riace”, una moneda local, billetes que el alcalde Lucano
imprimió con las imágenes de Che Guevara, Gandhi, Martin Lutero King. “Sirven
para pagar llamadas telefónicas y algunos gastos de comida”.
Riace ha saltado estos días a la
portada de periódicos e informativos merced al desprecio que el ultraderechista
y xenófobo ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, ha mostrado por la
figura del alcalde Lucano y su programa de acogida: “Al alcalde de Riace no le
dedico ni medio pensamiento. Cero. Es un cero”, ha dicho al tiempo que
anunciaba un recorte de cinco mil millones de euros en la partida
presupuestaria destinada a la inmigración.
“Riace era un pueblo que estaba desapareciendo–ha
sido la respuesta del ex profesor de
química cuyo bisabuelo emigró a Argentina en los años de 1920- La gente de aquí
aprendió a recibir. ¿Salvini dice que soy un cero? (…) Tiene razón el ministro,
soy un cero, comparto mi vida con los ceros, con los últimos (…) Me vienen a la
mente las palabras que el cineasta alemán Win Wenders le hace pronunciar a uno
de los protagonistas del documental “Il volo”, que rodó en Riace: “Venían de
más allá del mar para salvarse y los hemos rechazado. ¿Por qué?”. (1)
En los veinte años transcurridos,
el alcalde de izquierda Lucano ha desbaratado algunos intentos de intimidación
de la N’Drangheta (la mafia calabresa), ha creado una cooperativa agrícola, ha
inspirado, e incluso federado, a otros
pueblos, en Sicilia y en el Piamonte, y ha recibido los premios de la Fundación
Libertad y Derechos Humanos 2015, en Berna, y el Premio Internacional Dresde
por la paz en 2017. En 2009, una ley
regional de Reggio Calabria, titulada “El modelo Riace”, recomienda que los
pueblos en declive copien el modelo de acogida e integración de Riace, que debería
ser “un laboratorio para el resto de Europa”.
El profesor Mario Ricca, jurista
de la Universidad de Parma especializado en cuestiones migratorias y autor del
libro “Riace, el Futuro está Presente” (Riace, il Futuro è Presente), habla de
“intelligration” (integración
inteligente): “La intelligration es
la clave para transformar la hostilidad en hospitalidad. Se trata de crear una
auténtica sociedad multicultural que salga de la metamorfosis consciente de
ciudadanos autóctonos y extranjeros, una sociedad en la que pasado y futuro
estén unidos al presente…Ningún muro podrá frenar las dinámicas de población
actuando sobre esta tierra”.
En todo el tiempo transcurrido
desde aquel lejano día de 1998, han pasado por el pueblo calabrés más de 6.000
migrantes y refugiados, convirtiéndolo en un ejemplo mundial de acogida y
solidaridad. Pero en estos momentos el proyecto de Riace peligra debido al
bloqueo de la mayoría de los fondos SPRAR, desde 2016, por parte del gobierno
italiano, de los que dependen 150 personas migrantes y los salarios de los
trabajadores sociales.
En los primeros días de agosto 2018, el alcalde Lucano se puso en
huelga de hambre y lanzó el siguiente manifiesto:
“PROTESTO. Contra las injusticias
que como comunidad de acogida estamos sufriendo desde casi dos años.
Riace ha sido excluido del saldo relativo al periodo julio
-diciembre 2017 (aproximadamente 650.000 euros) y para el 2018 no está incluido
entre las entidades receptoras de los fondos de la primera mitad del año, a
pesar de que se hayan llevado a cabo todas las actividades y de no haberse
recibida ninguna comunicación relativa al cierre del proyecto. Por lo tanto, se
ha acumulado una gran deuda con el personal, los proveedores y los propios
refugiados. A esta situación increíble, hay que añadir el asunto de los
llamados CAS (Centros de Acogida Extraordinarios). Desde septiembre de
2016, el prefecto de Reggio Calabria con diversos pretextos absurdos se ha
negado – y todavía sigue negándose- a pagar su deuda. Estamos llegando al
punto de no retorno. Si no hay una asignación planificada, no solo terminará la
experiencia de Riace sino que 165 refugiados, al menos 50 niños, y alrededor de
80 trabajadores irán a la calle. Numerosas actividades comerciales que
han proporcionado bienes, principalmente alimentos, durante más de un año, no
recibirán el pago del crédito que han acumulado. La economía de toda la
comunidad, un modelo mundial de recepción e integración, colapsará bajo una
pila de escombros.
PROTESTO contra cualquier forma de racismo, de fascismo, de
discriminación y explotación
Para defender a las personas más débiles que no cuentan (casi
cero), a cuya categoría siento el orgullo de pertenecer
Domenico Lucano (Un alcalde rebelde)”
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Cartel de la campaña "Io sto con Riace" |
El pasado 5 de agosto, la Red de ayuntamientos solidarios
(Rete dei comuni solidali) puso en marcha el llamamiento de apoyo a Riace #IOSTOCONRIACE,
al que –a través del partido Democrazia e Autonomia, DemA, liderado por Luigi
de Magistris, actual alcalde de Nápoles y ex eurodiputado de Italia dei Valori
(Italia de Valores)- envió inmediatamente un mensaje de adhesión la alcaldesa
de Barcelona, Ada Colau, en el que expresa su “apreciación por el proyecto
Riace de acogimiento y por el extraordinario trabajo realizado por el alcalde,
Domenico Lucano. Queremos también manifestar nuestra
solidaridad al alcalde Lucano que lleva ayunando desde el 2 de agosto junto con
algunos trabajadores y un concejal, por la falta de entrega de fondos por parte
de la Prefectura del Ministerio del Interior, que está poniendo de rodillas a
toda la comunidad. Manifestamos nuestra solidaridad y apoyo a todos cuantos
trabajan por una verdadera integración en nuestras tierras”
(1)
Las realizadoras Shu Aielo y Catherina Catella, cuyas familias
proceden de Calabria y Sicilia respectivamente, rodaron en 2016 el documental
“Riace.un paese di Calabria” (Riace: un pueblo de Calabria), con testimonios de
los habitantes, incluidos los intentos de la N’Dragheta de parar el proyecto
por temor a que la integración de los migrantes termine con su explotación
migratoria al servicio de la horticultura. Como dicen las cineastas, “Aquí, los
lugareños tienen la memoria del exilio clavada en sus propias familias”