“Solo
he querido a unas pocas personas en mi vida y tu eres dos de ellas”. I've only
liked a handful of people in my life, and you've been two of them. (Hans Axgil,
amigo de Einar y amante de Gerda).
La chica danesa repasa la notable
historia de amor de Gerda y Einar Wegener (más tarde Lilí Elbe), la artista
danesa que fue la primera persona que se sometió a una operación de cambio de
sexo, en 1930. Basada en la novela del mismo título de David Ebershoff, la realización
es de Tom Hooper (El discurso del rey, Los miserables) y está protagonizada por
el británico Eddie Redmayne (La teoría del todo) y la sueca Alicia Vikander (Ex
Machina).
Tras conseguir el Oscar 2015 al mejor
actor por su interpretación del científico Stephen Hawking en Una maravillosa
historia del tiempo, el joven actor británico Eddie Redmayne (34 años) se
presta a otra sorprendente transformación en La chica danesa. Esta vez cambia
de sexo, empieza la película como el pintor paisajista danés Einar Wegener y la
termina falleciendo como la joven Lili Elbe tras haberse sometido a dos
operaciones quirúrgicas pioneras en su época, la primera para efectuar una
ablación de los genitales masculinos, que fue un éxito, y la segunda para una
reconstrucción de vagina, que terminó poniendo fin a su vida justamente en el
momento en que empezaba a sentirse a gusto con su cuerpo y soñaba un futuro,
quizá excesivo. El resultado es un hermoso biopic, una biografía llena de amor
en unos años en que las cosas empezaban a cambiar en esta parte del mundo, las
mujeres conseguían sus primeros triunfos en la lucha por ocupar su lugar en el
entramado social y Europa -Londres, París, Berlín…-era el centro del mundo del
arte, generando nuevas formas de vida y una estética muy especial, elegante y
refinada, que en la película aparece en los interiores de las viviendas, los
clubs, los restaurantes, las galerías… y en la evolución de la moda,
especialmente femenina pero también la de los hombres.
En el matrimonio formado por la
encantadora y bellísima pareja de pintores Gerda y Einar Wegener los
sentimientos y la realidad empiezan a transformarse cuando la mujer consigue
que un marchante se interese por una serie que ha pintado con una única
protagonista. Los críticos y los asistentes a la inauguración preguntan por la
modelo y Gerda dice que no ha acudido, solo que no es cierto: la modelo está en
la sala como marido de la artista: ha sido Einar quien ha posado para los
cuadros y asiste a la fiesta escondido tras una escalera. El cuerpo de Einar es
el de un hombre pero al verse en los cuadros de Gerda ha descubierto su
auténtico yo. A partir de aquí la historia de la pareja es la de un amor
solidario que lo resiste todo.
Aunque el mayor peso de la
narración recae sobre el actor masculino, y su paulatina transformación en la
mujer que llevaba dentro desde su nacimiento (ya en la adolescencia se había
sentido inclinado por otros hombres, y especialmente por su mejor amigo Hans),
no hay que desdeñar la interpretación de Alicia Vikander, como la compañera más
leal que pueda soñarse, la que a su pesar empuja al marido –del que está
profundamente enamorada- a encontrar su auténtica identidad, la que le acompaña
a “aprender a ser Lilí” –en un proceso de cambio al que acompaña la brillante
estética de la película- incluso cuando sucesivos especialistas médicos le
diagnostican primero “homosexualidad”, como enfermedad que puede intentar
curarse, y posteriormente “esquizofrenia”, porque es dos personas en una.
Evidentemente, en aquellos años de la primera mitad del siglo XX a la medicina
le quedaban por dar grandes pasos en los campos de la psicología y la
psiquiatría, y a la sociedad aceptar que, en cuestión de géneros, no todo
estaba escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario