martes, 8 de abril de 2025

 


 

“La niña de la cabra”, la infancia sigue siendo la verdadera patria

 

“La infancia está llena de misterios y los niños, con su curiosidad innata, suelen intentar descifrarlos enfrentándose a sus propios miedos” (Julia Olmo, Cineuropa)

 

 


En un Madrid con escasa circulación, en el crice de las calles Campoamor y Santa Teresa (pero igual podría ser cualquier otra confluencia), con varias décadas menos a mis espaldas, es un día festivo, no hay colegio y yo estoy en camisón,  asomada al balcón contemplando el espectáculo  del gitano de melena reluciente, su famélica cabra que hace filigranas para conseguir apoyar las cuatro pezuñas en un minúsculo taburete y la pequeña gitanilla que se agacha para recoger las monedas de una peseta que arrojamos desde los balcones. Me gustaba verles repetir el único número que dominaba la cabra, me gustaba aplaudir fuerte para que levantaran la cabeza y me sonrieran. Yo estaba en ese tiempo de los sueños, cuando fantaseaba con escaparme con un circo para recorrer el mundo dando vueltas a la pista,  sobre un caballo y vestida con lentejuelas.

Melancólico y militante de causas justas, “La niña de la cabra”, segundo largometraje de la directora madrileña (y residente en Estados Unidos) Ana Asensio (“Most Beautiful Island”, Gran premio del Jurado en el Festival del Film y de la Televisón, SXSW, que se celebra cada año, durante el mes de marzo en Austin, Texas), me ha devuelto a la escena del balcón y a la felicidad de algunos de mis mejores años.

Yo hablaba de los años sesenta, pero mi sorpresa ha sido comprobar que veinte años después los gitanos seguían exhibiendo a su cabra por las esquinas y que “La niña de la cabra” es una aventura que seguimos compartiendo protagonizada por la pequeña Elena (Alessandra González), quien en su primera experiencia cinematográfica, que transcurre en el Madrid de los últimos años 1980, y mientras asiste a las clases del cura de la parroquia preparándose para hacer la primera comunión, tiene que pasar el trago de la muerte de su abuela, con quien se entendía muy bien, y encontrar algún sentido al reducido mundo de su entorno; un empeño en el que cuenta con la ayuda de la preadolescente “Serezade” (Juncal Fernández, bailaora).

La historia se desarrolla en el mes de mayo, con la llegada del calor, las fiestas de San Isidro y el final del año escolar. A través de los curiosos ojos de Elena, seguiremos su día a día tratando de dar sentido a las enseñanzas de la catequesis, la tensión que percibe entre sus padres, sus preguntas en torno a la muerte y su creciente fascinación por Serezade y su cabra.

Cine familiar distinto al habitual, entre realidad y fantasía  “La niña de la cabra” (1) se ha presentado en el reciente Festival de Málaga como una llamada de atención sobre la diferencia que existe entre el mundo infantil y el adulto vistos desde la mirada inocente de la pequeña Elena, que no entiende de racismo ni de clases sociales y  se aburre en las charlas del cura sobre la maldad, los pecados y el infierno

El interés de la directora, Ana Asensio –también guionista y actriz que actualmente vive en Nueva York-  por realizar esta película parte del deseo de plasmar los recuerdos de su infancia: "Tengo vívidos recuerdos de mi infancia,  más que de cualquier otro periodo de mi vida. Me pregunto si la forma en que recuerdo las cosas ha cambiado con el tiempo, como si reeditara las escenas de una película o si siempre fueron como las imagino actualmente. A veces, la mayoría de las veces, esos recuerdos son sensoriales: el sabor de la leche y las galletas, el sonido de una canción de aquella época o el olor de los lápices de colores", comenta Asensio.

 

(1) “La niña de la cabra” estará en los cines madrileños a partir del viernes 11 de abril de 2025.




jueves, 3 de abril de 2025

“Kayara”, la mensajera del imperio Inca


En tiempos pretéritos, los mensajeros oficiales encargados de trasladar los recados a lo largo y ancho del vasto imperio Inca, conocidos como “Chasquis”,  eran exclusivamente hombres rápidos y  fuertes. Desafiando las estrictas normas de género y la tradición de su sociedad, Kayara, adolescente valiente y atlética  hija de un chasqui,  lucha contra las expectativas impuestas  decidida a ser la primera mujer que entre a formar parte del muy exclusivo mundo de  los chasquis. La niña se enfrenta a numerosos obstáculos para romper barreras, cumplir su sueño y  demostrar que también ella puede ser una mensajera de gran resistencia y velocidad.

En líneas generales este es el argumento “Kayara”, película animada peruano-española  dirigida por César Zelada (“Ainbo”) y el alemán Dirk Hampel, que cuenta la trayectoria de Kayara –un personaje clásico de leyenda-  y las exigencias que presenta el oficio de chasqui, gracias al cual la niña irá descubriendo historias ancestrales de su tierra y de pueblo, y aprovechará oportunidades como defender la Ciudad de Oro de los grandes peligros de la explotación.  Como muchas otras películas que se estrenan en los últimos meses, también la realización de “Kayara” (1)  se vio interrumpida por la pandemia de Covid-19.  Fueron dos años de parón.

Según el realizador Zelada, en Perú se hizo un cuarenta por ciento de la producción y el sesenta restante en Tenerife: “Nosotros procuramos hacer toda la parte inicial en Perú, porque es precisamente la parte que marca el estilo de la película, es su ADN”. En España se llevó a cabo la animación, la iluminación…cosas que, en palabras de Zelada “su pueden hacer en cualquier lugar con buenos artistas (…) Las coproducciones importantes justamente porque necesitamos financiar la película”. Además, coproducir con España tiene el plus de que “la película se vuelve también europea, lo que la hace más atractiva para los distribuidores europeos”.

(1) “Kayara” estará en los cines madrileños a partir del próximo viernes 4 de abril de 2025

 



martes, 1 de abril de 2025

“A nuestros amigos”, un canto general a los amigos que nos acompañan mientras crecemos

“…como una carta de amor a esos momentos en que los amigos, que nos han acompañado durante las primeras etapas de la vida con la fuerza de la juventud y la intensidad arrolladora de los sentimientos, forman el mundo en el que vivimos. Los compañeros de las primeras borracheras, los primeros enfados, las primeras aventuras o los viajes de verano… (caimanediciones.es)

 


El segundo largometraje de Adrián Orr es una coproducción hispano-portuguesa, un documental sobre una juventud madrileña y de barrio que. a diferencia de la mayor parte de los filmes recientes sobre la transición de la adolescencia a la juventud y a pesar de que su repertorio lingüístico deja mucho que desear, quiere llegar a la universidad y cumplir algunos de sus sueños.

 

La película nos invita a sumergirnos en la vida de Sara Toledo a lo largo de cuatro años, en los que compartiremos con ella el tránsito desde su entorno de origen al mundo que poco a poco va descubriendo y que coincide en parte con los años de pandemia.  Sara Toledo es una joven actriz que formó parte de “Future Lovers”, obra escénica de la compañía La Tristura, fundada por el coguionista Celso Giménez junto a Itsaso Arana y Violeta Gil. En el equipo creativo destaca el encomiable trabajo de la montadora Ana Pfaff, nominada al Premio Goya al Mejor Montaje por “Verano 1993” y “Alcarràs”, ambas de la realizadora Carla Simón.

 

 Sara comparte su día a día con Pedro y su grupo de amigos del barrio. A lo largo del verano, mientras termina los exámenes de acceso a la universidad, conoce a Paula y hace nuevos amigos que la introducen en el mundo del teatro. Poco a poco se va alejando de su entorno y de aquellas amistades que pensaba que durarían para siempre. En medio de este torbellino de amor, fiestas y descubrimientos, atrapada entre dos realidades diferentes, deberá decidir quién quiere ser.

 

Tras la multipremiada “Niñato” (Mejor Película en eL Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, BAFICI; Premio del Jurado de la sección Nueva Mirada de Visions du Réel y en las Nuevas Olas del Festival de Sevilla), el cineasta Adrián Orr vuelve a indagar en el paso del tiempo, a tomar el pulso a los barrios populares y a fijar su atención en las relaciones humanas, dando prueba de su capacidad para retratar a los jóvenes.  Presentado en la Seminci de Valladolid y con un guion escrito junto a Celso Giménez (La Tristura) y Samuel M. Delgado (premiado en la Semana Internacional de la Crítica de Festival de Venecia por “Eles transportan a norte”), “A nuestros amigos” (1) es un retrato generacional sobre la amistad y el paso a la edad adulta que captura con gran sensibilidad los momentos cruciales que definen quiénes somos.

 

La película atrapa la intensidad arrolladora de los sentimientos en esa etapa de la vida "cuando quieres cambiar todo y no sabes bien qué es ese todo".  Una visión de una generación marcada por la incertidumbre cercana y libre de juicios, que revela las contradicciones y la autenticidad de un personaje en transformación. Una historia sobre la construcción de la identidad y la búsqueda de nuestro lugar en la sociedad, que explora temas como las aspiraciones, la sexualidad, el trabajo, la diversión, la política y la cultura. Si acaso se echa en falta alguna, por poca que sea, referencia familiar.


(1) “A nuestros amigos” estará en la cartelera madrileña a partir del viernes 4 de abril de 2025.