El Manuscrito Voynich es uno de los libros más
enigmáticos del mundo, escrito en un pergamino medieval y en un lenguaje que
ningún criptógrafo ha conseguido nunca descifrar. Ilustrado con dibujos de
plantas inexistentes y diversos motivos, entre ellos mujeres desnudas, ha sido
causa de la desesperación de cientos de investigadores que han dedicado mucho
tiempo a intentar descifrar este misterioso libro, al que hay quien atribuye
incluso poderes mágicos, informa Culturebox, la página diaria de actualidad
cultural del canal internacional France24, con informaciones procedentes de la
Agencia France-Presse.
Existen distintas teorías acerca del autor del
manuscrito, que debe a su nombre al anticuario Wilfrid Voynich, que fue quien lo
descubrió en 1912 en Italia. Su existencia “ya aparece mencionada en una
correspondencia del siglo XVII. Durante mucho tiempo se adjudicó al inglés
Roger Bacon, monje franciscano del siglo XIII, que acabó en la cárcel por su
interés en la alquimia. Pero esa hipótesis quedó rebatida en 2009 cuando se sometió
el manuscrito a un tratamiento con carbono 14: el resultado fue que se escribió
entre 1404 y 1438”. Otras teorías lo han atribuido, a lo largo del tiempo, a
Leonardo Da Vinci, un desconocido que inventó un código para escapar a la Inquisición
e incluso un extraterrestre que lo habría dejado como regalo en una visita a la
tierra. El caso es que nadie ha identificado de momento las plantas que
aparecen dibujadas en sus páginas y ni descifrado el sentido de sus escritos
sobre astronomía.
El Manuscrito Voynich, un tratado de poco más de 200
páginas, se encuentra en la caja fuerte de la biblioteca Beinecke, en la
Universidad de Yale, Estados Unidos. Especializada en la publicación de
manuscritos antiguos, la editorial española Siloé ha comprado los derechos de
reproducción y piensa editar 898 réplicas en facsímil, número que corresponde a
un palíndromo: “Serán réplicas tan fieles que en ellas aparecerán las manchas,
los agujeros y los desgarros del viejo pergamino”, ha dicho Juan José García,
director de la editorial que tiene su sede en el último piso de un Museo del
Libro, en Burgos. “Es un libro rodeado de tal aura de misterio que solo
contemplarlo por primera vez produce una emoción difícil de explicar”.
Para Raymond Clemens, conservador de la Biblioteca
Beinecke, Yale ha decidido ceder los derechos de reproducción de la obra
“porque muchas personas quieren consultarla, y si dejamos que se manipule
continuamente el manuscrito, acabará por ser destruido. Además, eso va a
permitir que puedan disponer de una copia otras bibliotecas y museos. Nosotros
mismos, enseñaremos el facsímil en el momento en que se publique”.
Siloé, que calcula que tardará unos 18 meses en disponer
del primer ejemplar, piensa vender cada reproducción a un precio entre 7.000 y
8.000 euros; de momento, más de 300 compradores han reservado ya un ejemplar,
fabricado en una pasta de papel creada especialmente para la ocasión y tratada
de forma que se parece mucho a la vitela original. Las imperfecciones se han
recreado también con procedimientos especiales, que la editorial mantiene en
secreto.
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