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Periodismo es contar lo que no quieren que se sepa;
el resto es propaganda” (Ryszard Kapuscinski, maestro de periodistas)
“La causa profunda
de todo es la ocupación criminal de los territorios palestinos, y todas las
medidas adoptadas contra Gaza para que su población pueda apenas sobrevivir,
mientras que los palestinos de Cisjordania se ven obligados a permanecer
amontonados en zonas inhabitables y en las que Israel se apropia de cuanto
quiere, y todo ello en una flagrante violación del derecho internacional y de
las resoluciones explícitas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sin
hablar de un mínimo de decencia humana. Y todo continuará igual mientras Israel
siga estando apoyado por Washington y tolerado por Europa, para nuestra gran
vergüenza” (Noam Chomsky, 16 julio 2014, publicado en Le Grand soir, periódico
militante de información alternativa http://www.legrandsoir.info).
La “comunicación”,
escriben sobre Chomsky en Le Monde diplomatique (El lavado de cerebros,
entrevista realizada por Daniel Mermet, agosto 2007, a propósito de la
reedición de La fabricación del consentimiento) constituye el instrumento de
gobierno permanente en los regímenes democráticos; es, para ellos, lo que la
propaganda para las dictaduras y se manifiesta en la compra de los grandes
periódicos por hombres poderosos acostumbrados a hacer que la verdad se acomode
a sus intereses y la “canibalización” de la información por los deportes, la
meteorología y los sucesos, todo ello rodeado de una publicidad desenfrenada.
Comunicar para imponer ideología
Mediante la
comunicación se impone una ideología porque, para dominar que, recordemos, se
hace siempre por “el bien” del dominado, no basta con la violencia; se necesita
también una justificación de otra naturaleza, por eso el poder “se presenta
siempre como altruista, desinteresado, generoso… En Francia, en el Reino Unido
y me parece que en el resto de Europa, la libertad de expresión se define de
manera muy restrictiva. Para mí, la cuestión esencial es si el estado tiene
derecho a determinar lo que es la verdad histórica, y a castigar a quien se
separa de ella. Así, pensar equivale a acomodarse a una práctica propiamente
estalinista”.
En La fabricación
del consentimiento (1), que ya se ha convertido en un clásico al otro lado del
Atlántico, escrito en colaboración con Edward Herman, los autores presentan su
“modelo de propaganda”, auténtica herramienta de análisis y de comprensión de
la manera en que funcionan los medios de comunicación dominantes, poniendo el
acento en la tendencia mayoritaria a no trabajar más que en el marco de unos
límites definidos que son esencialmente las informaciones proporcionadas por
las élites políticas y económicas, lo que les lleva a participar- más o menos
conscientemente, en la creación de una propaganda ideológica destinada a servir
los intereses de esas mismas élites. Estudiando el trato mediático que han
recibido algunos acontecimientos y fenómenos históricos y políticos (comunismo
y anticomunismo, revoluciones en Latinoamérica, guerra de Vietnam y Camboya,
entre otros), actualizan algunos factores estructurales que consideran como los
únicos que pueden rendir cuenta del comportamiento sistemático de los
principales medios, y de la forma en que tratan la información “y cómo depende
del punto de vista económico de sus “clientes” (los anunciantes, cuando debería
el público lector, oyente o telespectador) y del punto de vista de las fuentes
informativas, mayoritariamente administraciones públicas y grandes grupos
financieros e industriales”.
¿Qué balance se
puede hacer de la operación israelí Margen Protector cuando han pasado ya
varias semanas del acuerdo de alto el fuego? Con amargura e indignación, pero
también con preocupación, mucha gente se pregunta ahora sobre el trato
mediático dado a la tragedia que ha tenido lugar la franja de Gaza. Usando, de
manera consciente o no, expresiones comúnmente dadas por sentadas, la prensa se
ha hecho culpable de desinformación…
La prensa occidental es mayoritariamente
pro-israelí
Lo que sigue es el
texto –titulado como este artículo- firmado por varios investigadores e
intelectuales europeos y por el Secretario General de la Federación Europea de
Periodistas, redactado en Bélgica y dirigido prioritariamente a los medios de
comunicación belgas, que no han querido publicarlo, y que denuncia algunos
mecanismos del tratamiento informativo fácilmente identificables también en los
medios de otros países europeos. La fuente es el semanario digital francés
Acrimed (Observatorio de los medios Acrimed, acción, crítica, medios, www.acrimed.org) del 16
de septiembre 2014.
“Nosotros,
ciudadanos belgas y europeos, acusamos a la mayoría de los medios de
comunicación de aplicar –deliberadamente o no- la política de “dos pesos, dos
medidas” cuando se trata de abordar estos atroces acontecimientos. ¿Es correcto
hablar de “guerra” en un conflicto que enfrenta a David y Goliat? La historia
nos enseña que estamos ante una represión de tipo colonial contra una población
que se resiste a sus ocupantes pero la representación habitual es la de “un
conflicto” en que opresores y oprimidos son iguales. ¿Tiene sentido usar este
principio de paralelismo en un enfrentamiento del ejército israelí –considerado
el quinto más poderoso del mundo- a los cohetes palestinos, mayoritariamente
artesanales?
“No se trata de
acusar a los medios de hablar de “dos campos” sino de su representación
sistemática, siempre en nombre de la paralelismo de las operaciones de unos y
otros. Este enfoque crea en el lector, el oyente o el telespectador, el
sentimiento de una igualdad entre los protagonistas.
Y así, los cohetes
palestinos, que son interceptados en cerca de un 87%, llegar a ser presentados
como equivalentes de los tanques, drones, F16, helicópteros y misiles de
tecnología punta israelíes. Los 1,7 millones de habitantes de Gaza no disponen
del Iron Dome (sistema de defensa aéreo móvil israelí, desarrollado en 2010 por
la compañía Rafael Advance Defense Systems, para interceptar cohetes y obuses
de corto alcance). Tiene, en cambio, una densidad demográfica superior a la de
Bangladesh para sus 365 km2 (la mitad de la superficie del litoral belga), lo
que permite apreciar en su justo valor el slogan propagandístico de los
“escudos humanos” de Hamas, y la pretensión de Israel de limitarse a “bombardeos
quirúrgicos”.
Se castiga a los palestinos por “elegir
mal” a sus dirigentes
“Denunciamos esa
pretendida igualdad entre los protagonistas, reforzada por un tratamiento con
frecuencia puramente cronológico de la actualidad. Hay que recordar que la
Franja de Gaza está ocupada desde 1967 y asediada desde la llegada de Hamas al
poder, hace siete años. Desde entonces, toda la población está pagando los
platos rotos: rodeada por mar, tierra y aire por haber, dicen, “elegido mal” a
sus dirigentes. Ya se ha repetido hasta la saciedad: “Gaza es un cárcel a cielo
abierto». Lo que explica que la ONU siga considerando el territorio como
ocupado. Sin salida de emergencia,
ni lugar seguro. Ni siquiera los hospitales y las escuelas. En esa
atmósfera opresiva, cualquier intento de rebelión de los palestinos es
presentado como «actividad terrorista» por unos periodistas que se convierten
así en portavoces de la propaganda israelí. ¿Es necesario recordar que las
resoluciones de la ONU, y principalmente la resolución 37/43 legitiman la lucha
armada contra la dominación colonial? Con demasiada frecuencia, nuestros medios
presentan a Hamas como un movimiento exclusivamente “islamista radical” y nunca
como un movimiento de liberación nacional, desencadenando así, a la manera
pavloviana, reflejos de miedo y rechazo.
“Sistemáticamente
se presenta el secuestro de tres jóvenes israelíes, que aparecieron muertos en
la Cisjordania ocupada, como el detonante de las hostilidades entre Israel y
Gaza. Cientos de militantes y cuadros locales de Hamas, acusado sin pruebas del
secuestro, fueron detenidos. A pesar de la humillación y las privaciones
diarias que sufren los habitantes de Gaza, no dispararon los primeros cohetes
desde la Franja hasta que no se produjeron esas detenciones en cadena. Y eran los primeros disparos desde… 2012. La
eliminación, el 7 de julio, de siete combatientes de Hamas fue lo que le llevó
a considerar roto el alto el fuego con Israel, negociado en noviembre de 2012
que comprometía a ambas partes a no llevar a cabo operaciones militares contra
el adversario.
“La finalidad de
la operación “Margen protector“, llevar a cabo ataques de «legítima represalia»
para terminar con los disparos de cohetes, se ha desacreditado totalmente,
porque se sabe que son las operaciones militares israelíes las que provocan los
disparos de cohetes y causan víctimas israelíes. Se ha rizado el rizo, se ha
instalado el círculo vicioso. Israel dice que quiere terminar con la violencia
contra sus ciudadanos pero paradójicamente contribuye a provocarla.
La supuesta neutralidad que es desinformación
“Acusamos a la
mayoría de los medios de manipular a la opinión pública presentando a Hamas
como «la organización que no acepta la tregua« o que «la viola constantemente».
Y que, en consecuencia, no protege a su población civil. Recordamos que la
primera propuesta de alto el fuego salió de una negociación entre los gobiernos
israelí y egipcio, éste último dirigido por el mariscal Al-Sissi, de siempre
opuesto a Hamas. ¿Puede imaginarse la negociación de una tregua sin que todas
las partes afectadas asistan a las discusiones, o si ni siquiera se plantea
ninguna de las condiciones pedidas por los representantes del pueblo palestino?
“Algunos medios
comparan las estadísticas de muertos civiles palestinos con las de soldados
israelíes caídos en combate. Es una comparación vergonzosa. Otros medios
cultivan el miedo a los “yihadistas” belgas o franceses que se han ido a
combatir a Siria pero no hacen ninguna mención de esos otros belgas o franceses
enrolados en el ejército israelí de ocupación.
“Este enfoque
mediático, la flagrante exhibición de simpatía hacia Israel nos resultan
lamentables y nos llevan a preguntarnos sobre los fundamentos de la «ósmosis
cultural» con un estado que pisotea de manera constante los principios
democráticos y el derecho internacional.
“Margen protector”
ha causado más de 2.100 víctimas palestinas, entre ellas 500 niños.
“Nosotros,
lectores, oyentes y telespectadores belgas y europeos acusamos a una parte de
la prensa de desinformar cuando se trata de los crímenes de guerra cometidos
por Israel, en Gaza y en la palestina ocupada.
“Los gobiernos y
toda la población dependen del Cuarto Poder, el de los medios de comunicación,
para forjar su opinión. Hasta ahora, con frecuencia ha faltado el indispensable
trabajo de investigación periodística. Con la excusa de la neutralidad, muchos
medios desinforman haciéndose, y haciéndonos, cómplices de la tragedia de Gaza.
Como decía el arzobispo
anglicano sudafricano Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz 1984 “permanecer neutral frente a la injusticia
es elegir el campo del opresor”.
(1) Edward Herman
et Noam Chomsky, Manufacturing Consent, Pantheon, New York 2002, (Los
guardianes de la libertad, Grijalbo primera edición; Planeta 2013, redición).
La «fábrica del consentimiento» es una expresión del ensayista estadounidense
Walter Lippmann, quién en los años 1920 puso en duda la capacidad del hombre «normal»
para actuar con sabiduría y propuso que las élites ilustradas «mejoraran» la
información antes de que llegara a conocimiento de las masas.
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