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Hun Sen |
Cuando, el pasado 9 de septiembre de 2021, los dirigentes del partido de oposición, prohibido en Camboya, organizaron una vídeoconferencia por Zoom, lo último que esperaban era encontrar al Primer Ministro, Hun Sen, de 69 años, infiltrado entre los participantes, la mayoría en el exilio. Apareció bruscamente, e interrumpiendo a la persona que estaba en el uso de la palabra, Hu Sen se dirigió a los invitados para advertirles de que están vigilando sus comunicaciones, según la información publicada en la revista digital Rest of World, especializada en nuevas tecnologías, que firman los periodistas independientes camboyanos Bopha Phorn y Shaun Turton
"Os he
escuchado y ya os había escuchado varias veces antes” les dijo, como puede
verse en la grabación de vídeo que ha circulado ampliamente por Facebook (https://www.facebook.com/KHMERVKC/videos/987687598454975/). Durante cerca de 12 minutos, el Primer Ministro estuvo
“sermoneando” al responsable del principal partido de oposición, Long Ry y,
agitando el dedo, se dirigió a sus rivales diciéndoles que dejen de insultarle si esperan
poder regresar al país algún día.
Una vez conocida la grabación, Sok Aysan, portavoz del Partido Popular de Camboya, en
el poder, hizo unas declaraciones
diciendo que se trataba de un vídeo manipulado a partir de grabaciones
antiguas. Pero ha tenido que rectificar porque el propio Hun Sen ha contado el
incidente en Facebook, ha dicho que las imágenes eran reales y, de paso, ha
acusado a la oposición de desinformar para dar a entender que el gobierno les
tendía la mano: "Astucias para confundir los puntos de vista nacionales e
internacionales”.
Más tarde, en una comparecencia en televisión, Hun Sen
ha revelado haber asistido a una veintena de reuniones en línea de la oposición
(https://www.youtube.com/watch?v=-WuLHwSds3Y): « Esta última entrada – ha escrito en su
Facebook- ha sido para advertir al grupo rebelde y para que sea consciente de que las gentes de Hun Sen están en todas partes. Por favor, sed
prudentes y no hagáis actividades contra el interés nacional”.
Hun Sen, un ex soldado jemer rojo, lleva 36 años en el
cargo de Primer Ministro de Camboya(*). A pesar de que ha adoptado algunas
medidas sociales, de que escribe continuamente comentarios en Facebook y de que
dialoga con los comentaristas en televisión, ha anulado cualquier signo de
disidencia en el país; el año pasado su policía detuvo a más de treinta
personas acusadas de “actividades en línea”.
Y tiene intención de aumentar la vigilancia en
Internet cuando, en febrero de 2022, inaugure una « pasarela nacional de
Internet » (NIG), que encaminará todo el tráfico digital hacia “un único
operador, nombrado por el estado y encargado de bloquear páginas web y de localizar a los
usuarios de metadatos” (datos acerca de datos, según varios diccionarios).
Naly Pilorge, directora de la ONG Liga Camboyana para
la promoción y la Defensa de los Derechos Humanos, ha dicho que teme que la
pasarela se utilice para borrar los comentarios críticos y restringir el
derecho a la información, y la ha definido como « la extensión del control
de Hun Sen al espacio digital”. Las empresas
de telecomunicaciones, que dentro de seis meses van a tener que enviar todos
sus datos a través de la pasarela, ya han dicho que no están dispuestas a
hacerlo.
Hasta ahora, y con un éxito solo relativo, el gobierno
camboyano intenta bloquear contenidos enviando órdenes a los proveedores de
servicios de Internet que, en 2018, bloquearon la web del diario independiente Cambodia
Daily. En junio pasado, tras una infiltración en una reunión interna por
Zoom, fueron detenidos y acusados de
insultar al rey algunos miembros del grupo de defensa del medio ambiente Mother
Natura
La utilización de Internet en
Camboya ha crecido exponencialmente en los últimos años, sobre todo en los
teléfonos móviles. Según DataReportal,
una empresa estadounidense que elabora informes sobre cuestiones relacionadas
con Internet, el número de internautas activos en Camboya había aumentado en
más de un millón en el último año, mientras que el número de teléfonos móviles
es superior a 21 millones, más que la población del país (17.076.731
actualmente).
(*) Hun Sen, hijo de un monje que colgó los hábitos para
luchar contra el colonialismo francés, ha sido Primer Ministro de Camboya en dos
ocasiones, la primera entre 1985 y 1993, la segunda desde 1998. En el país se
le nombra frecuentemente por el título nobiliario que le concedió el rey
Norodom Sihanuk en 1993: “Samdech Akeak Mojá Sena Thapdey
Decho Hun Sen”, o más breve “Samdech Hun
Sen”. Se trata de un título honorífico
que no le otorga mayores poderes políticos. Tiene un ojo de vidrio, a causa de
una herida durante la caída de Phnom Penh en 1975, cuando militaba en los jemeres rojos.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan
a Hun Sen de haber instaurado un régimen
autoritario y corrupto, en el que todos los poderes están concentrados en un
grupo de allegados, que participa en el pillaje de los recursos nacionales. Durante
sus años en el poder, Hun Sen ha conseguido un “número impresionante de
licenciaturas y doctorados universitarios” que la oposición critica recordando
que cuando llegó al poder “solo había cursado una escolaridad primaria”.